De todas las capitales occidentales, ¿en cuál es más probable que te atropelle una bicicleta que un coche? Si has respondido Amsterdam, enhorabuena. Cualquiera que haya visitado esta ciudad holandesa te dirá que en algún momento u otro de su estancia vio como su vida le pasaba por delante de los ojos por obra y gracias de un ciclista (o varios).
En esta ciudad de unos 800.000 habitantes circulan casi un millón de bicicletas y la bici conforma el 40% de los movimientos de tráfico. La mayoría de sus habitantes poseen más de una bicicleta y las dos ruedas no tienen clase social ni estado civil. Ejecutivos, estudiantes, padres con sus hijos, abuelas con sus nietos, policías… Todo el mundo va en bici. La usan para ir a la compra, al trabajo, a cenar, a buscar a los niños al cole, a dejar a la novia en casa o para salir a comprar flores. El hecho de que Amsterdam sea una ciudad de canales, con calles estrechas y a menudo de un solo sentido, y que el aparcamiento sea escaso y caro contribuye a que las dos ruedas sean el medio de transporte preferido. Si a eso le sumamos los 400 km de carril bici, lo llano de su orografía y la posibilidad de dejarla en casi cualquier sitio, no es ninguna sorpresa que las bicicletas reinen en las calles. De hecho, desplazarse en bici por Amsterdam es más rápido que hacerlo en tranvía o en autobús.
De todas formas, no todo son ventajas. La abundancia de bicicletas ha creado un verdadero problema de aparcamiento. A pesar de los cientos de miles de plazas creadas en párkings subterráneos, vigilados (fietsenstalling) y a pie de calle, y a pesar de la utilización de mobiliario urbano (farolas, postes, bancos) para aparcar, las bicicletas se amontonan y la situación es especialmente grave en las zonas más céntricas. En la principal estación de tren de la ciudad, por ejemplo, los operarios se llevan cada día unas cien bicis mal aparcadas (sí, fuerzan los candados). The New York Times incluso escribió un artículo en el que se preguntaba si Amsterdam ya había llegado a su límite de bicicletas, que fue contestado con varios vídeos en los que los holandeses negaban que el número de bicis fuera excesivo.
El segundo problema relacionado con este uso masivo de la bici es su robo. Los ciclistas intentan protegerlas usando dos candados de calidad para asegurarse de que todas las partes de la bicicleta están sujetas a algo. Si no hacen esto, corren el riesgo de que al volver no la encuentren o le falte la rueda de atrás, el sillín o, incluso, que hallen la rueda de delante pero no el resto de la bici. Si vas a Amsterdam y alguien se te acerca para venderte una bici muy barata, desconfía, ya que es muy probable que la hayan robado. La multa por comprar una bicicleta robada es de 160 €.
Pero como visitar la capital de Holanda y no montar en bici sería como viajar hasta Tokyo y no probar el sushi, a continuación te damos algunos consejos que te ayudarán a disfrutar de (y sobrevivir a) la experiencia:
- Por dónde pasar. Utiliza los carriles bici (fietspaden). Normalmente se encuentran en el lado derecho, están delimitados por líneas blancas y son de un color rojo oscuro. Suelen tener pintados símbolos indicativos.
- Ten cuidado aunque estés en el carril bici. Uno de los obstáculos que te encontrarás más a menudo son los turistas peatones, así que ve con cuidado y toca el timbre para indicarles que te acercas. Además, recuerda que está permitido que las motocicletas entren y salgan del carril bici, así que mantente a la derecha y deja que pasen.
- Fíjate en las señales. Cuando no veas el semáforo para bicicletas, utiliza el del tráfico motorizado. Recuerda que en Amsterdam las bicis pueden girar a la derecha aunque el semáforo esté en rojo si el tráfico lo permite. Una señal redonda azul con una bici blanca indica un carril bici. Una señal con la palabra uitgezonderd (“excepto”) y la imagen de una bici o una motocicleta indica que estos vehículos están exentos de cumplir la norma indicada. El tranvía siempre tiene derecho de paso. Es más, procura no meterte en sus raíles porque tienen la medida perfecta para que la rueda de tu bici se quede encallada.
- No imites a los holandeses ya que la mayoría se creen invencibles una vez montados sobre dos ruedas y se saltan semáforos, van por la acera o no utilizan las luces por la noche. Señaliza tus intenciones con las manos.
- Nunca aparques tu bici sin ponerle el candado y colócalo de forma que tanto la rueda como el cuadro de la bici queden sujetos. Asegura también el pequeño dispositivo que inmoviliza la rueda de atrás. Si ves una señal con la inscripción Hier geen fietsen plaatsen (“Prohibido aparcar bicis aquí”) no la ignores o correrás el riesgo de quedarte sin vehículo.
Utiliza un mapa. Una de las mejores inversiones que puede hacer un ciclista novato en esta ciudad son los 4 € del Amsterdam op de fiets (“Ámsterdam en bici”), el mapa que venden en las oficinas de turismo e incluye todos los carriles bici, posibles rutas, tiendas de reparación, etc.