¿Sabías que el primer puzzle de la historia fue nuestro propio planeta? ¿Y que sus piezas eran los continentes? Sí, sí como lo oyes.
En 1912, un geofísico alemán y padre de la geología moderna, llamado Alfred Wegener, formuló la teoría de la deriva continental, mediante la cual se dio cuenta de que si se unieran los bordes de las costas de los continentes, todos encajarían como si de un rompecabezas se tratase.
Además, hallazgos de especies fósiles similares en continentes tan distintos separados por océanos reforzaron la idea de la existencia de un continente único en los orígenes de la Tierra, que posteriormente se dividió. Al continente se le llamó Pangea, que significa “toda la tierra”, y se fue dividiendo poco a poco como consecuencia del movimiento de las placas tectónicas.
Este suceso no es exclusivo de nuestro planeta, se dice que Saturno y Júpiter también han experimentado movimientos de placas similares.
Vamos a ver un poco más despacio lo que sucedió:
Hace nada menos que 240 millones de años, la Tierra sufrió unos impresionantes cambios provocados por una intensa actividad volcánica que derivaron en la creación de un único súper continente: Pangea. Este impresionante cambio supuso la extinción de más del 95% de las especies que habitaban en el planeta y es el mayor cataclismo que la Tierra haya sufrido en toda su historia. A raíz de esto, el clima cambiaba constantemente y los animales supervivientes evolucionaron hasta convertirse en los famosos dinosaurios.
Hace unos 180 millones de años un nuevo aumento de actividad volcánica desgarró el súper continente y los fragmentos continentales se fueron desplazando hasta tomar la posición que ocupan hoy en día. America del Norte, América del Sur, Asia y Europa siguieron cada uno su camino y Pangea dejó de existir. Actualmente se considera que hay 5 continentes: América, África, Asia, Europa y Ocenia. Los dinosaurios siguieron habitando el planeta.
Hace 65 millones de años nuestro mundo florecía, la vegetación era densa y los seres vivos prosperaban. Sin embargo, el fin de los dinosaurios estaba cerca. El impacto de un meteorito fue devastador; esta teoría se confirmó con el hallazgo de un cráter oculto en México de más de 160 kilómetros de ancho. Los enormes dinosaurios y la mayoría de los seres más importantes que habitaban la Tierra desaparecieron como consecuencia de este meteorito.
El mundo que venía a continuación fue para los mamíferos y el hombre.
El planeta se fue recuperando poco a poco. Antes de la aparición del hombre, los continentes continuaban desplazándose y chocando entre sí, despacio pero constantemente, y la superficie terrestre comenzaba a parecerse a la de hoy en día. La tectónica de placas y la erosión formaban los magníficos paisajes que podemos disfrutar en la actualidad.
Hace 2 millones de años, los antepasados del hombre habían comenzado su expansión desde África, pero todo se enfriaba a su alrededor. Llegó la época de las glaciaciones que duraría miles de años, las inmensas capas de hielo fueron creciendo y menguando una y otra vez. Tras la última glaciación se generó un clima más templado que permitió a los primeros hombres moverse a sus anchas por la superficie terrestre. En estos años de vida recientes de la historia de la Tierra es cuando se ha desarrollado la especie humana. Ahora estamos cambiando el planeta, ¿pero seguiremos existiendo por siempre?
Todo hace pensar que una nueva glaciación podría llevarse a cabo en unos 15.000 años. Además, los movimientos de placas provocarán que el mar se adenre en la tierra haciendo que desaparezcan territorios enteros. Dicen que en unos cuantos millones de años –la buena noticia es que nosotros ya no lo veremos– un nuevo súper continente volverá a formarse. Hay quien ya lo llama “Neo Pangea”.
Aquí tienes un vídeo sobre el origen de los continentes en el que podrás ver de forma muy gráfica la transformación de Pangea, la deriva continental y cómo la Tierra está en constante cambio.
Como vemos, la vida empieza y termina constantemente a lo largo de la Historia. ¿Tendrá el hombre que abandonar la Tierra en busca de otro planeta, de otro hogar? Quién sabe. De momento, ¿te animas a montar tú mismo el mundo en piezas?