A veces nos viene a la cabeza qué habría pasado si los dinosaurios no se hubiesen extinguido y continuasen viviendo entre nosotros. ¿Cómo sería tener como mascota a un velociraptor? ¿Y si pudiésemos montar en triceratops? ¿Te imaginas ver una manada de diplodocus pastando en un prado? ¿Y si los huevos de pterosaurio fuesen uno de los ingredientes básicos de la cocina mediterránea? Sería cuanto menos curioso, aunque bastante irreal por otro lado. Por no hablar de cómo Steven Spielberg nos mostró en Parque Jurásico su particular visión de cómo sería un mundo en el que los dinosaurios y los humanos conviviesen… En resumen, un desastre total.
Pero, ¿y si te decimos que algunos dinosaurios en realidad no llegaron a extinguirse y viven entre nosotros en la actualidad?
A mediados del siglo XIX el científico inglés Thomas Huxley expuso al mundo su teoría sobre que algunos dinosaurios no se habían extinguido, sino que habían evolucionado hasta transformarse en aves. Como era de suponer, nadie se tomó en serio sus teorías, entre otras cuestiones porque es difícil imaginar la evolución de estas enormes criaturas en pollos, avestruces o pingüinos. Sin embargo, años más tarde, se encontraron una serie de fósiles tanto en España como en diversas zonas de Latinoamérica, y sobre todo en China, que le dieron la razón a Huxley. Se pudo comprobar la evolución de algunos dinosaurios en aves.
Los dinosaurios que evolucionaron en aves son los terópodos. Estas criaturas vivieron en la tierra hace entre unos 228 y 65 millones de años (del Triásico superior al Cretácico superior). Se caracterizaban por ser carnívoros y bípedos, es decir, que andaban sobre dos patas y poseían otras dos extremidades superiores similares a brazos, que en muchos de los casos podrían haber evolucionado en alas. Había terópodos pequeños, de aproximadamente un metro, y también los había enormes, con más de 14 metros de largo. Gracias a algunos hallazgos se ha podido saber que algunos de ellos ya poseían plumas, igual que las aves actuales, que usarían a modo de aislante térmico.
Hace aproximadamente 160-150 millones de años hubo un dinosaurio, familia de los terópodos, llamado Anchiornis huxleyi, que poseía dientes y plumas de color. A este dinosaurio se le considera la transición directa entre las aves modernas y los dinosaurios no voladores. Ahora se sabe que los pollos que conocemos actualmente tuvieron dientes en su fase embrionaria, igual que los Anchiornis, pero al no resultarles útil para su alimentación, fueron desapareciendo.
A día de hoy se sabe que el ave dotada de un pico más antigua fue la llamada Confuciusornis y existió hace unos 120 millones de años.
Aquí tenéis una interesantísima entrevista al director del yacimiento más importante de España, el de Las Hoyas, en Cuenca, y toda una autoridad mundial en el origen de las aves, José Luis Sanz. Y un extracto de la misma, a modo de conclusión y reflexión: “En términos de conservación de la biodiversidad nos damos cuenta de que los dinosaurios tienen dos etapas de crisis: la de hace 65 millones de años y la actual, ya que el hombre es responsable de la extinción de muchas aves, o sea, de dinosaurios.”
Después de esto, e imaginando que un pollito fue en algún momento un dinosaurio, ya no nos da tanto miedo viajar a Parque Jurásico, ¿verdad?
[gdl_gallery title=»dinos» width=»252″ height=»252″ ]