Hay quien dice que el castillo de la Bella Durmiente de Disneylandia fue inspirado por el palacio de Astorga de Gaudí. La versión más acertada, sin embargo, es que fue un castillo alemán encargado por Luis II el que sirvió de referencia a Walt Disney. Estamos hablando del castillo de Neuschwanstein, en el sur de Baviera.
Estamos en 1866 y Baviera, junto a su aliada Austria, pierde la guerra contra Prusia. El monarca Luis II deja de ser soberano y la pérdida de su reino solo dos años después de llegar al trono le sume en una gran tristeza que lo convierte en un hombre aún más retraído, una persona que se refugia en su imaginación poblada de leyendas medievales, cuentos de hadas y música de Wagner. Alguien quien, para aliviar su pena, decide iniciar su propio imperio, uno en el que pueda sentirse como un verdadero rey: sus castillos.
“El castillo del nuevo cisne” (traducción del alemán Neuschwanstein) empezó a construirse en 1869 y según los cálculos de Luis II debía finalizarse tres años más tarde. Diecisiete años después, la muerte sorprendió a Luis II con la casa sin barrer, o lo que es lo mismo, con el castillo inacabado. Su perfeccionismo y su imaginación hiperactiva le habían llevado a cambiar los planos con frecuencia y únicamente pudieron finalizarse 14 estancias, pero eso sí, todas decoradas hasta el más mínimo detalle.
¿Pero qué tienen que ver un castillo y un cisne para que al primero se le diera el nombre del segundo? Nada. Pero El rey loco, como se conocía a Luis II, era un gran admirador y mecenas de Richard Wagner y su obra “Lohengrin”, la ópera de cuento de hadas y del Caballero del Cisne, le impresionó tanto que la usó como inspiración para diseñar y nombrar su nuevo castillo.
Marcado por sus veranos de infancia en el castillo de Hohenschwangau, una fortaleza decorada con poemas medievales y escenas de leyendas, Luis II decidió erigir en la misma zona el “Nuevo castillo de Hohenschwangau”, como se conocía al castillo de Neuschwanstein hasta la muerte del rey. Gran parte de la inspiración para la nueva edificación la tomó de sus visitas a los castillos de Pierrefonds y de Wartburg así como del retrato del Castillo del Santo Grial de la ópera de Wagner “Parsifal”. Eduard Riedel fue el arquitecto encargado de adaptar las ideas que diseñaba el escenógrafo Christian Jank basándose en las instrucciones de Luis II. Eran escenógrafos, arquitectos y artesanos los que plasmaban los románticos planes del rey. Por ejemplo, catorce carpinteros trabajaron durante más de cuatro años para realizar la carpintería de su habitación.
Para construir Neuschwanstein se utilizaron 450 toneladas de cemento, 465 toneladas de mármol de Salzburgo y medio millón de toneladas de ladrillos. Hasta 300 obreros llegaron a trabajar día y noche para intentar cumplir los estrictos plazos del monarca destronado y sus cambiantes demandas. Lo primero que se terminó fue la puerta fortificada (1873) pero el castillo no pudo habitarse hasta 1884. Luis II solo durmió allí once días. La construcción en una zona tan escarpada de la montaña era muy difícil e incluso actualmente se vigilan los movimientos de los cimientos y se aseguran constantemente las laderas. Para complicarlo más, las duras condiciones climatológicas atacan la piedra caliza de las fachadas y se tienen que rehabilitar a menudo.
Este castillo medieval construido en el siglo XIX, una época en la que este tipo de fortalezas ya no cumplía fines defensivos ni estratégicos, se equipó con la tecnología más moderna de sus tiempos. Cada piso contaba con retretes que disponían de sistemas automáticos de evacuación de desechos. Incluso existía un sistema de calefacción para todo el castillo. No se escatimó en nada.
Neuschwanstein iba a ser un lugar para la contemplación y el descaso de Luis II. Hoy en día, este castillo construido para un solo ser es uno de los más visitados de Europa. Un millón cuatrocientas mil personas pasan por allí anualmente y en verano recibe 6.000 visitantes diarios.
Si quieres saber más sobre la fascinante historia del que para muchos es el castillo más bonito del mundo y del rey que mandó construirlo, no te pierdas este vídeo. Seguro que cuando montes el puzzle, las piezas te parecerán pedacitos de historia entre tus manos.
DESDE VENEZUELA UN SALUDO Y QUE SIGAN CREANDO PUZZLES CON IMÁGENES DE NUESTRO QUERIDO PLANETA TIERRA.