Rusia es el país más grande del mundo. Aquí va un dato curioso: Rusia cuenta con una impresionante extensión, nada menos que 17 millones de kilómetros cuadrados. El segundo país más grande del planeta es Canadá con 9,6 millones de km2, seguido muy de cerca por China y Estados Unidos con más de 9 millones y medio. La situación geográfica estratégica de Rusia —entre Europa y Asia— ha provocado que el país haya sido siempre un centro de poder político, de conflictos bélicos, de situaciones históricas de todo tipo, de unión de culturas… Por ello es un país cargado de tradición con unas características culturales irrepetibles. Mezcla de lo oriental con lo occidental, no deja impasible a nadie y sorprende por la cantidad de contrastes en su arquitectura, folklore e identidad cultural. Es un territorio apasionante que merece la pena explorar.
Queremos abrirte una pequeña ventana a una de sus ciudades, que durante mucho tiempo fue la ciudad más importante de Rusia, el centro neurálgico y capital del país. Hablamos de San Petersburgo.
Es la segunda ciudad con más habitantes de Rusia, después de Moscú, con más de 5 millones de habitantes, y además es una de las ciudades más grandes de Europa. En 1990 fue declarada por la Unesco “Patrimonio de la Humanidad”.
El zar Pedro el Grande fundó la ciudad en 1703 con el objetivo de convertirla en la ventana de Rusia a occidente. A partir de ese momento, San Petersburgo fue la capital del Imperio Ruso, hecho de duraría más de doscientos años. La ciudad tuvo varios nombres, como Petrogrado —en honor al apóstol San Pedro— y Leningrado —nombre que recibió la ciudad en 1924 tras el fallecimiento de Lenin en su honor—. Fue Leningrado hasta 1991, año en el que por referéndum popular se decidió devolver a la ciudad su nombre histórico original (en ruso, Sankt-Peterburg).
10 cosas fundamentales que hacer en San Petersburgo
- No te pierdas el Museo Hermitage. Es el museo más importante no solo de la ciudad, sino de toda Rusia. Es uno de los más grandes y visitados del mundo. Este museo era la antigua residencia de los zares rusos, incluido el Palacio de Invierno.
- Contempla la fortaleza de Pedro y Pablo. Es el núcleo urbano de la ciudad. En el interior de la fortaleza se halla la Catedral de San Pedro y San Pablo donde están las tumbas de todos los zares rusos, incluido el Nicolás II, el último de los zares.
- Hazte un selfie con la Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada de fondo. También es conocida como la Iglesia de la Resurrección de Cristo. Es probablemente el lugar más turístico, más visitado y más fotografiado de la ciudad. Se levantó en el sitio donde tuvo lugar el homicidio del zar Alejandro II. Posee una preciosa y exuberante decoración en mosaico, realizada por los artistas más reputados del momento en Rusia.
- Visita el Museo Ruso. En él se encuentra la colección más amplia de arte del país.
- Compra un recuerdo típico ruso, como las matrioshkas, unas preciosas muñequitas fabricadas en madera que se introducen unas dentro de otras. Cada una alberga otra más pequeña y así sucesivamente, pudiendo llegar hasta 19 muñecas. Estas figuras son símbolo de la maternidad. Otro recuerdo típico es la vajilla Jojlomá de madera pintada a mano. La porcelana tradicional llamada Gzhel o las cajas típicas decoradas y lacadas con la técnica tradicional Pálej o Fedóskino.
- Viaja en el metro de la ciudad. La primera línea se construyó en 1955 siguiendo el patrón del metro de Moscú. Fue considerado como el “Palacio para el pueblo” (las estaciones stalinistas), de ahí que estén decoradas de forma majestuosa con mármol, esculturas y mosaicos. Las más modernas son algo menos ostentosas y más funcionales, aunque igualmente preciosas. Las estaciones más frecuentadas poseen un curioso sistema de plataformas de viajeros conocido como ascensor horizontal. No te pierdas la línea Roja.
- Camina por la avenida Nesky Prospekt,la zona comercial de la ciudad (como los Champs Élysées de París, o la Gran Vía madrileña). Tiene una mezcla de edificios de todas las épocas y a su paso podemos encontrar diversos monumentos. Encontraremos todo tipo de tiendas, restaurantes y cafeterías.
- Observa cómo se izan de los puentes levadizos. El río Neva atraviesa la ciudad y sobre él hay puentes, algunos de ellos levadizos. Durante la noche están iluminados y el espectáculo de ver cómo se levantan es fantástico.
- Disfruta de una noche en el ballet y la ópera. Los teatros de la ciudad están repletos de actividades culturales y artísticas.Conocer la ciudad pasa sin duda por admirar su folklore, sus danzas tradicionales y sus conciertos.
- Prueba la gastronomía rusa, muy rica y variada. Los platos de cuchara, como las sopas, son muy habituales en su cocina, además con el frío se agradece enormemente un plato de sopa calentito. El brosch es una sopa típica que se hace con remolacha. El filete stroganoff, los blinis (una especie de tortitas pequeñas que se sirven con diversos ingredientes), el caviar, la pasta pelmeni o el vodka son otros de los manjares que no debes dejar de degustar.
10 + 1 de propina solo para valientes o si las inclemencias meteorológicas lo permiten: disfruta de actividades al aire libre, como recorrer el dique del río Neva, sentarse un rato a descansar en la plaza Lenin, o visitar los canales en barco.
Además, si puedes organizar tu viaje con tiempo, no te pierdas las “Noches Blancas” comienzan el 26 de mayo y permanecen hasta el 16 de julio, cincuenta días en total. Este fenómeno natural produce que de noche haya casi la misma cantidad de luz que durante el día debido a que el círculo polar está muy próximo. Otra curiosidad: El 22 de diciembre es el día más corto del año en San Petersburgo y dura poco más de 5 horas. Sin embargo, el día más largo tiene casi 19 horas y es el 22 de junio. ¡Impresionante!
¿Visitarás San Petersburgo? Además de ir preparando la ropa de abrigo, de momento puedes montar este magnífico puzzle de la Iglesia de la Resurrección, una auténtica maravilla arquitectónica que podrás construir pieza a pieza.