Van Gogh es uno de esos genios cuya creatividad artística nace del sufrimiento, que otros artistas de gran talla como Frida Kahlo, Beethoven o Cervantes también experimentaron. Para todos ellos, cada uno en su especialidad y singular estilo, el dolor, la frustración, la tristeza y el desconsuelo fueron las fuentes inagotables de su inspiración.
Fue un artista muy prolífico, pintó más de 900 cuadros y más de 1.600 dibujos, aunque como ocurre con muchos artistas su obra no se reconoció debidamente hasta después de su muerte. Actualmente es considerado uno de los mejores pintores de la historia y ha servido de inspiración a multitud de creadores del siglo XX.
Desde pequeño siempre mostró una personalidad compleja, y sus problemas mentales le mantuvieron la mayor parte de su vida internado en un hospital. Precisamente fue en uno de esos sanatorios donde pintó La noche estrellada, una de las obras más importantes de su carrera. Contrariamente a lo que podría parecer, el autor la pintó a la luz del día, tan solo reproduciendo lo que en su memoria recordaba de la noche anterior.
A Van Gogh las estrellas y el cosmos le llamaban mucho la atención, le parecían descomunales y grandiosas en comparación con la insignificancia del ser humano. El amarillo que utiliza otorga una fuerza impresionante a la obra; muchos analistas indican que se trata del color que reflejaba su locura. Ese tipo de cielos en movimiento y colores brillantes y fríos ya los había usado anteriormente en creaciones como Noche estrellada sobre el Ródano y Terraza de café por la noche. Además, el movimiento del cielo refleja que en su interior estaba sufriendo una gran excitación, pues poco tiempo después de pintar La noche estrellada se quitó la vida de un disparo.
La observación del cielo podría también significar su aproximación a Dios y la vida religiosa. Van Gogh era bastante creyente aunque no terminaba de entender muy bien las normas de la iglesia.
Pero… ¿qué pasó con la oreja de Van Gogh? Según cuentan, aunque no se puede asegurar que esta historia sea real, el artista se cortó la oreja en un momento de profunda ira y violencia tras discutir con su amigo, y por entonces compañero de casa en Arlés, el también pintor Paul Gaugin. Pensó que cortándose la oreja el dolor físico superaría al dolor y la agitación emocional. Esta fue su particular forma de superar la situación que le consumía por dentro. Esa misma violencia se aprecia también en el trazo de las pinceladas de muchas de sus obras, que forman parte de su estilo y personalidad.
Van Gogh también fue un gran retratista e incluso se pintó a sí mismo en varias ocasiones. En general, el máximo exponente del postimpresionismo tuvo una vida compleja, pero logró traspasar las barreras del tiempo y el espacio y sigue enamorándonos con su obra. Si tú también quieres disfrutar de una noche estrellada, puedes construirla pieza a pieza.