Las nuevas tecnologías han traído consigo una modificación en nuestras normas de expresión, lenguaje e información. La comunicación vía email, chat, mensajería instantánea, redes sociales y otros medios de internet es cada vez más habitual y extendida. Este modo de comunicarse es práctico, cómodo y rápido, pero también hay que tener cuidado, ya que al no ver las expresiones de nuestro interlocutor, en ocasiones se pueden malinterpretar las palabras o creer que el tono es diferente a la intención del emisor. Este es uno de los motivos de la proliferación de los emoticonos. Terminar nuestras frases con uno de estos simpáticos muñequitos o símbolos es una forma de darle al otro una pista sobre cuál es el sentido que le estamos dando a nuestras palabras.
Emoticono viene de la unión de las palabras inglesas emotion (emoción) e icon (icono), es decir, la traducción sería algo así como “icono de la emoción”.
Realmente se trata de una sucesión de símbolos, números y letras que forman estos iconos. En muchos programas ya podemos encontrar multitud de estos simbolitos con los que expresar infinidad de estados de ánimo.
Pero realmente el origen de los emoticonos o smileys, como se les conocía inicialmente, tiene unos cuantos años. Se remonta a los años sesenta nada más y nada menos. Su comienzo es más bien fortuito y su creador no se podía imaginar ni por asomo todo lo que iban a vivir estas caritas sonrientes.
Se cuenta que en el año 1963 una agencia de seguros de Massachusetts (llamada State Mutual Life Insurance) absorbió otra empresa aseguradora de Ohio (la Guarantee Mutual Life Company). Tras esta fusión, sufrieron una crisis interna ya que los empleados temían que hubiese despidos, lo que provocó el lógico malestar entre la plantilla de trabajadores. Por ello, los directivos decidieron hacer una campaña interna de marketing cuyo lema era la sonrisa como método infalible para ejecutar de forma óptima el trabajo y generar un ambiente positivo en la empresa.
Para la imagen de esta campaña se le encargó al diseñador gráfico Harvey Ball la creación de un logotipo, y he aquí el nacimiento de nuestra carita 🙂 . Se dice que diseñarlo le llevó apenas 10 minutos, la verdad es que mucha complicación no tiene, y que tan solo cobró 45 dólares por este trabajo.
Al ser un diseño para una campaña interna, el logo no se registró y por tanto se hizo de dominio público. Años más tarde, en la década de los 70, Murray y Bernard Spain, dos hermanos muy visionarios y avispados, vieron potencial en la carita, aprovecharon la coyuntura y decidieron hacer merchandising para su venta al público. Crearon botones, camisetas, tazas, pegatinas, etc. Los acompañaron con la frase “Que tengas un buen día” y los productos se vendieron como churros.
Años más tarde, en 1982, se le atribuye al científico e investigador Scott E. Fahlman la publicación del primer emoticono en entorno electrónico. Lo creó para ser difundido en mensajería instantánea de manera que los interlocutores pudieran diferenciar aquellos mensajes en clave de chascarrillo o broma, de aquellos más serios. La secuencia era: dos puntos y cierre de paréntesis para cara feliz y dos puntos y abre paréntesis para cara triste. Así sería fácil identificar la intención del que escribe. A partir del año 2002 estos mensajes se difundieron muy rápidamente comenzando por el entorno universitario, que fue su lugar de origen, y siendo pronto incorporados a empresas de mensajería como AOL, Hotmail o Yahoo, que también los incluyeron en sus sistemas de correo electrónico.
También durante los años 80 estos simpáticos iconos se convirtieron en el emblema de la música de baile electrónica y causaron verdadero furor con la irrupción del acid house.
Como vemos, los emoticonos o smileys tienen una amplia trayectoria, y más que les queda, ya que ahora mismo no podríamos vivir sin ellos en nuestros sistemas de mensajería actuales y en nuestras redes sociales. Con ellos actualizamos nuestros estados, expresamos emociones o incluso de formamos frases completas y acertijos. ¡Larga vida a los smileys!
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Hola!!! la tarde de domingo de ayer la dedicamos mi novia y yo a sonreír haciendo el puzzle de 500 smiley world. Es muy divertido de hacer y queda genial terminado. Os lo recomiendo!