Aunque seguramente te suena el nombre de Tutankamón, es muy poco probable que conozcas a alguien llamado así. Pero además del nombre, ¿qué otras cosas sabes de este joven faraón egipcio?
Tutankamón empezó su reinado con tan solo ocho o nueve años. Como puedes imaginarte, las decisiones importantes no las tomaba él sino que recaían en dos adultos: el padre de Nefertiti y un general militar. A pesar de su juventud, su reinado duró únicamente una década, de 1333 a 1324 a.C., ya que Tutankamón murió siendo todavía adolescente. Era delgado y medía 1,80 metros. Aunque inicialmente se pensó que había muerto asesinado, análisis posteriores señalaron que el golpe que tenía en la cabeza no era el causante de la muerte sino que en realidad ocurrió post-mortem. El motivo del fallecimiento prematuro de Tutankamón parece ser una fractura en la pierna que posteriormente se infectó.
Tutankamón era hijo de Kira, esposa menor de Akenatón, quien a su vez era el esposo oficial de Nefertiti. Un poco confuso, lo sabemos. Akenatón y Neferti tuvieron seis hijas, todas medio hermanas de Tutankamón. Fue una de ellas la que se convirtió también en su esposa. La joven pareja no consiguió tener descendencia aunque se sabe que la mujer perdió dos embarazos ya que en la tumba del rey se encontraron también dos pequeños sarcófagos con momias de bebés.
El hallazgo de la tumba de Tutankamón es uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de la historia. No fue hallada hasta 1922 y todo se produjo gracias a la obstinación del egiptólogo inglés Howard Carter. A pesar de las declaraciones que aseguraban que el Valle de los Reyes era un lugar vacío en el que no merecía la pena seguir excavando, Carter, motivado por la referencia del nombre Tut-Ankh-Amun que había leído en un anillo, no se dio por vencido y siguió buscando. Consiguió la financiación de Lord Carnavon, un mecenas que se avino a cubrir los gastos de la excavación, y el 4 de noviembre de 1922 los trabajadores de Carter descubrieron los escalones que descendían a la puerta de la tumba que aún mantenía los sellos originales. Veintidós días más tarde, y en presencia de la familia del mecenas, se hizo el agujero en la parte superior de la puerta.
Y en ese momento empieza la leyenda. Al descubrimiento de esta tumba que había permanecido oculta la friolera de tres mil años se le atribuye una maldición augurada por un supuesto óstracon de arcilla que encontró Howard Carter y que rezaba así: ‘La muerte golpeará con sus alas a aquel que turbe el reposo del faraón’.
A partir de entonces, una serie de muertes repentinas y misteriosas empezaron a ocurrir entre los que habían estado implicados en el hallazgo. Neumonías fatales, ataques al corazón, suicidios… En 1929 ya habían fallecido unas dieciséis personas relacionadas con Carter o Carnavon (el mismo Lord incluido) y la prensa sensacionalista empezó a hablar de la Maldición de Tutankamón. Estudios posteriores apuntan a otras teorías más plausibles para explicar estas muertes, como los hongos que suelen encontrarse en las momias o los insectos y bacterias presentes en la tumba del faraón. Sea lo que fuere, el principal responsable del descubrimiento de la tumba de Tutankamón, Howard Carter, no murió hasta 1939, a los 64 años de edad y de muerte natural.
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