El cerebro es un músculo más de nuestro cuerpo que conviene estimular para gozar de una buena salud y estar en forma. Leer un libro, adquirir una nueva habilidad, cambiar una rutina o jugar a cualquier cosa que suponga un reto te ayudará a mantener tu cerebro en forma.
Muchos estudios afirman que completar un puzzle o realizar crucigramas de forma habitual desde una edad bien temprana son ejercicios que favorecen varios procesos cognitivos. Algunas investigaciones hablan de los beneficios que tiene realizar este tipo de actividades en futuros procesos de demencia o en enfermedades como el Alzheimer. En muchos hospitales de día o fundaciones que trabajan con personas mayores el puzzle es una herramienta de estímulo en sus ejercicios habituales. Un importante estudio realizado en la Universidad de California concluyó que los factores de estilo de vida de los individuos con mayor actividad cognitiva podían ralentizar o prevenir el depósito de β-amiloide, un péptido que se ha relacionado con el Alzheimer, influyendo de esta manera sobre la instauración y la progresión de esta enfermedad. Sin embargo, otras corrientes de investigación no son tan concluyentes en este aspecto basándose en la falta de evidencia científica.
Dejando de lado los ambiguos aspectos empíricos relacionados con enfermedades muy específicas, no hay lugar a duda que los puzzles son beneficiosos en tanto que son un ejercicio intelectual que te mantiene activo. No solo debe preocuparte el ejercicio físico tan saludable para tu cuerpo sino también el entrenamiento mental que debería ser también una constante a lo largo de la vida.
Por otro lado, los puzzles siempre han sido una actividad que gusta a muchos niños pero pocas veces se valora la magnitud de su poder educacional. Ya hablamos en su día de los distintos motivos por los que los niños deberían hacer puzzles. Beneficios como la coordinación entre la vista y las manos, el desarrollo de habilidades dentro del esquema problema-solución o el hecho de aprender a reconocer ciertos patrones, como forma y tamaño, diferencias y similitudes y las relaciones espaciales. Pero no hablemos solo de habilidades a nivel funcional sino también a nivel emocional que son beneficiosas tanto en niños como adultos. Como, por ejemplo, la sensación de éxito y logro conseguido, así como la gratificación a la persistencia en una tarea determinada.
En Mas Albornà, una fundación sin ánimo de lucro dedicada a la integración de personas con discapacidad saben de lo que hablamos. En uno de sus pisos tutelados, uno de sus usuarios ha conseguido contagiar su pasión por los puzzles a todos sus compañeros de piso, favoreciendo la integración dentro del grupo al mismo tiempo que dedican todos ellos un tiempo a una actividad conjunta que les mantiene concentrados y que les reconforta una vez han completado uno de ellos. Sin lugar a dudas, el puzzle es una actividad terapéutica que conlleva muchos beneficios cognitivos y también emocionales.
No lo dudes ni un minuto, desafía tu mente todos los días. Y si lo haces con un puzzle enfrente, mejor.
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